Decimas
de nuevo perdí la ruta, navego por los desiertos,
camino por mares nuevos la noche entera, sin ruta.
el sol se metió en su gruta, los mares siempre mojados.
yo soy un nervio de atados, un llanto largo y profundo.
no sé por qué me confundo con tus amores cansados.
de noche muestra la luna su rostro, alumbra muy triste.
el cielo al fin se desviste, la muerte mece su cuna.
que al fin la mala fortuna se vaya a dormir un rato:
se quite traje y zapato, se olvide de mi existencia.
que yo, frente a su sentencia, declaro mi desacato.
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