domingo, abril 01, 2007

Encuentro de Asesores 2007








ENCUENTRO ARQUIDIOCESANO
DE ASESORES Y COORDINADORES 2007


Lema: Jóvenes Apóstoles Misioneros del Reino para el mundo de hoy

El tema del apostolado nos inspira. Las expectativas puestas en las conclusiones de la V Conferencia, la publicación de la Etapa “Apóstoles” del PPEJ, la continuidad de los procesos de nuestra Pastoral Juvenil, la reflexión hecha en torno al discipulado nos animan a posicionar y abordar profundamente la experiencia del apostolado, sus implicancias para la vida del joven y de quienes los acompañan, y su sentido para la cultura actual.

Queremos inaugurar esta reflexión en nuestro Encuentro Arquidiocesano de Asesores y Coordinadores de este año. Deseamos que ésta sea la instancia en la que podamos profundizar en la identidad de quien ha sido “enviado” a ser testigo de la Buena Nueva en este tiempo y en esta ciudad.

En un mundo tan diverso vemos que todas las personas y especialmente los jóvenes necesitan oír palabras que den respuesta a sus búsquedas más sentidas. El mensaje de Jesús es Palabra verdadera y Verbo Encarnado que contiene esa totalidad y riqueza, pero compite con múltiples ofertas que prometen la felicidad. Por eso, con la mirada atenta a la historia, a nuestro quehacer pastoral y a la experiencia de la comunión en nuestra Iglesia, les invitamos a detenernos para descubrir la esencia del apostolado en el servicio desplegado junto a los jóvenes de Santiago.


NUESTROS OBJETIVOS…

- Reflexionar en torno a la vivencia del apostolado, sus características, su espiritualidad.

- Compartir miradas y experiencias pastorales que nos permita profundizar en la manera de acompañar a los jóvenes que viven esta etapa de su proceso formativo.

- Encontrar claves de reflexión que iluminen el quehacer pastoral, para ser agentes evangelizadores capaces de leer la cultura actual y desde allí hacer propuestas relevantes de trabajo con los jóvenes.






CONTENIDOS QUE QUEREMOS COMPARTIR CONTIGO…

Para desglosar esta gran experiencia y temática del apostolado, es necesario fijar la mirada sobre los rasgos identitarios y constitutivos del apóstol. Aspectos que serán profundizados en las actividades del año y que representarán los principales contenidos e interrogantes de este Encuentro.

“El apóstol es un discípulo que se ha encontrado vitalmente con Cristo Resucitado y hoy quiere madurar en su experiencia de fe”. El encuentro con la persona de Jesús constituye un hito fundamental en la vida de cada persona. Así tanto el discipulado como el apostolado denotan dos dimensiones de un mismo proceso de crecimiento. La actitud del discípulo que se abre al llamado y seguimiento del Maestro y la espiritualidad del apóstol quien, maduro en su fe, se sabe enviado a dar testimonio de Cristo Resucitado en el mundo

“El apóstol es quien se reconoce enviado”. El acoger este envío implica, por sobre todo comprender la misión del apóstol como un criterio iluminador para darle sentido y proyección a la vida. Es una experiencia profundamente vocacional que compromete la opciones vitales y que se expresa especialmente en lo cotidiano.

“El apóstol acoge como parte fundamental de si la vivencia de la comunión”. Esto compromete al apóstol a ser agente de comunión, comunión que nace de Dios, que se encarna en la vida, en los vínculos, en la sociedad y en la iglesia. La comunidad se transforma en el espacio mediador privilegiado del encuentro con Cristo y del envío misionero.

“El apóstol es testigo del Reino”. La expresión del ardor misionero se traduce en muchas maneras de dar testimonio, cristalizando la vocación más profunda del apóstol. El Espíritu de Pentecostés mueve al apóstol a vivir según los valores del Reino de Dios en el tiempo y cultura en que está inserto, viviendo el amor cristiano, siendo profeta alegre y esperanzador, y un protagonista en la gestación de una sociedad más fraterna.

“El apóstol se alimenta en la celebración de su vida y su fe”. Uno de los elementos claves del testimonio cristiano es la celebración de la fe. El apóstol vive la Eucaristía intensa y cotidianamente. Junto con ella la Reconciliación, la oración, el silencio para escuchar al Maestro, la devoción mariana y diversas formas celebrativas de la fe son el alimento y motor para fortalecer la espiritualidad del apóstol, haciendo de la vida una alabanza y anticipo del Banquete definitivo junto al Padre.


PREGUNTAS PARA TU REFLEXIÓN, PREPARANDO EL ENCUENTRO…

- ¿Qué experiencias de acompañamiento y formación al apostolado se realizan en tu unidad pastoral?
- ¿Qué tensiones o dificultades viven los jóvenes de tu parroquia que están insertos en procesos de apostolado?
- ¿Qué tensiones o dificultades experimentas tú y/u otros asesores en el acompañamiento a comunidades identificadas con esta etapa del crecimiento en la fe?
- ¿Qué necesita tu Pastoral Juvenil para seguir creciendo en el acompañamiento al apostolado de los jóvenes?

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